Tareas durante la primaria

 Dos de las cosas que más disfruto dentro de la actividad científica son la enseñanza y la divulgación de la ciencia, que curiosamente se parecen mucho. En ambas nos enfrentamos a un público desconocido al que queremos contarle una historia, con la diferencia de que en el aula nuestro público nos cuestiona de vuelta y nos pide explicarle las cosas desde muchas perspectivas diferentes. Las dos actividades requieren de pasión, dedicación y amor al arte, además de mucha paciencia y estudio del método. Pero, a pesar de todo, ambas las hago por gusto, por amor al arte y porque creo que forman parte de mi compromiso ante la sociedad como científico que soy. La pandemia trajo consigo la necesidad de una educación virtual y sacudió nuestro mundo. En un principio, me agarró desprevenido, sin saber cómo enfrentarme a una nueva estructura después de años de dar las materias frente a un grupo y de ver las caras de mis alumnos, de conocerlos personal y profesionalmente, de verlos crecer y aprender cada día. ¿Cómo podía seguir enseñando estadística y climatología desde la computadora? ¿Cómo podía enseñar materias naturalmente prácticas y extensas, de manera breve y clara? Estoy seguro de que muchos de los profesores —si no es que todos— se enfrentaron a preguntas similares.


Es aquí donde regresé al principio básico de la divulgación, de la enseñanza y de la ciencia misma: al final estamos compartiendo una historia. Para mí, la clave para las clases virtuales ha sido recordar cómo se cuenta una historia. Tratar de enfocar cada sesión en un único tema, narrado de forma clara y sucinta. También me ha servido recordar que la enseñanza no se trata de vaciar conocimiento en mentes vacías, sino de un diálogo entre diferentes formas de entendimiento del mundo. De esta manera, ha sido fundamental para mí dejar un tiempo extenso en cada sesión para resolver dudas, platicar con los alumnos y escuchar sus voces individuales. Al final no puedo decir que me encanten las clases virtuales, sigo extrañando la interacción humana y el trato directo con los alumnos. Pero sí puedo decir que he encontrado una manera para seguir enseñando de la forma en que me gusta —con el plus de poder hacerlo en pijama—, y que mis alumnos me siguen sorprendiendo todos los días, aunque no pueda ver directamente sus caras. 


Referencias:

https://www.diigo.com/profile/edutory_mexico

https://www.intensedebate.com/people/edutory_mx

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